LA TABLA PERIÓDICA
El siguiente relato tuvo lugar, en algún punto del tiempo y del espacio, entre los enredos de
la historia y el curso del mundo, en algún laboratorio de algún país, de alguna ciudad,
de alguna calle. No se sabe con exactitud el contexto de cuándo, dónde y cómo ocurrió esto,
pero lo que si se conoce con certeza, es lo que pasó.
Era de noche y estaba oscuro, en un momento en que todos los científicos habían abandonado
la habitación para irse a descansar, y nadie estaba vigilando. No había una sola persona
en el laboratorio, y sin embargo, había mucho movimiento.
la habitación para irse a descansar, y nadie estaba vigilando. No había una sola persona
en el laboratorio, y sin embargo, había mucho movimiento.
Los distintos elementos comenzaron a salir de sus escondites, para verse en aquella reunión casi
clandestina, en la que solamente estaban citados algunos de ellos. El hidrógeno había sido claro:
“Primer Congreso para la Confección de la Tabla Periódica, solamente pueden asistir los
elementos que se encuentren en la siguiente lista: Carbono, Nitrógeno, Calcio, Sodio, Hierro,
Boro, Plomo, Oro,Uranio, y el Lantano. Se los espera en la cuarta esquina del laboratorio,
a las 12pm. No falten.”
elementos que se encuentren en la siguiente lista: Carbono, Nitrógeno, Calcio, Sodio, Hierro,
Boro, Plomo, Oro,Uranio, y el Lantano. Se los espera en la cuarta esquina del laboratorio,
a las 12pm. No falten.”
Los elementos se dirigieron hacia allí, con curiosidad acerca de lo que se le había ocurrido al
hidrógeno.
Algo habían escuchado de la boca de los científicos, y el nombre “Tabla periódica” les recordaba
al tiempo y esfuerzo que los hombres le dedicaban a su organización en un esquema cuadrado.
La única duda que tenían era por qué la exclusividad del evento. Después de todo, ¿Todos tendrían
que estar en la tabla, no? Y había ciertos ausentes que incomodaban al resto de los invitados,
pero aquel que brillaba por su ausencia y despertaba cierta incertidumbre era el oxígeno.
¿Por qué el hidrógeno no lo había invitado a él también? ¿Acaso no era importante?
Muchas veces habían visto a los investigadores asombrarse de sus capacidades, pero si el hidrógeno
había decidido que no estuviera, seguramente tendría una buena excusa. Al fin y al cabo, era
el primer elemento de todos.
Los elementos se dirigieron al punto de encuentro, donde el hidrógeno los estaba esperando,
impaciente.
Se tardaron demasiado…- dijo enojado.- Ya deberíamos estar terminando esta reunión.- dijo para
luego echar un vistazo entre los elementos que habían llegado. -¿Dónde están Uranio y Lantano? –
preguntó curioso.
No han querido venir.- contestó Carbono.- Han dicho que si no están todos los elementos, ellos
tampoco quieren estar.
¡Pues que se sigan escondiendo entonces! – dijo el hidrógeno enfadado.- ¡A este paso, nunca
los encontrarán!- dijo molesto.
¿Y qué pasará con ellos? – preguntó Calcio.
Tengan por seguro que no los dejaré participar de la Tabla en muchísimo tiempo.- contestó el
hidrógeno amenazante.- Bueno, si solamente somos nosotros, comencemos con esto de una vez
por todas.- dijo dándole inicio a la reunión.- Como habrán leído en la nota que les envíe, estamos
aquí porque estoy sumamente cansado de que un grupo de viejos locos con batas de médico
intenten ponernos en orden y fracasen rotundamente.- dijo el hidrógeno explicativo.-
Por lo que, he aceptado la responsabilidad de organizarnos, dado el hecho de que soy el único
capaz de realizar esta tarea.- dijo, tan humilde como siempre.
El hidrógeno fue el primer elemento en ser descubierto. Su descubrimiento había significado
un gran avance para la ciencia, y dio inicio a una serie de investigaciones que parecían infinitas.
Según él, su descubridor lo había encontrado “de casualidad”, y desde ese entonces, la serie de
científicos que lo habían estudiado lo fastidiaban terriblemente. Ninguno era lo suficientemente
inteligente para entender las particularidades de las cuales el hidrógeno estaba orgulloso de poseer.
Era un elemento único, y sumamente extraño. Un incomprendido por la ciencia, según él.
En ese caso, ¿Para qué estamos nosotros aquí?- preguntó con cierta timidez Nitrógeno.
Porque necesito que ustedes armen grupos.- contestó el hidrógeno.- ¿Todos nosotros tenemos
distintas propiedades no? – dijo como si fuera obvio.- No puedo poner a todos los elementos
conmigo, yo soy único en mi especie, ¿Recuerdan? – dijo orgulloso.- Bien, empecemos.- dijo
tomando una lista donde tenía anotados los nombres de los elementos restantes.
¿Qué sucederá con el oxígeno?- preguntó Plomo, un poco preocupado por su ausencia en aquel lugar.
distintas propiedades no? – dijo como si fuera obvio.- No puedo poner a todos los elementos
conmigo, yo soy único en mi especie, ¿Recuerdan? – dijo orgulloso.- Bien, empecemos.- dijo
tomando una lista donde tenía anotados los nombres de los elementos restantes.
¿Qué sucederá con el oxígeno?- preguntó Plomo, un poco preocupado por su ausencia en aquel lugar.
Ya lo veremos más tarde…- dijo el hidrógeno sin darle importancia, para comenzar con su lista.
Estuvieron un tiempo agrupando a los diferentes elementos. Ya se habían organizado en categorías,
los metales alcalinos, los metales alcalinos térreos, los metales de transición, los no metales, los
metaloides, los metales pobres. Ya habían ubicado a buena parte de los elementos, cuando de repente,
recordaron al único elemento que no habían nombrado en toda la reunión. Estaban a punto de
terminar, y el alba estaba por asomarse, cuando Plomo volvió a interrumpir.
¿Y el oxígeno? ¿Qué hay de él? – preguntó nuevamente.
¡Cierto, el oxígeno! – dijo el hidrógeno fingiendo preocupación. – No nos ha quedado tiempo y ya
todos estamos cansados. En cualquier momento entrará alguno de esos idiotas por la puerta y no
queremos que nos descubran ¿Verdad? – dijo el hidrógeno tratando de solucionar el problema.
Tenemos tiempo suficiente para colocarlo a él en algún lugar también…- insistió Plomo.- dijo, es
un solo elemento ¿no?
¿Quieres dejar de ser tan plomo? – preguntó el hidrógeno molesto. – Ni que fuera un elemento tan
importante.
¿Según quién? – interrumpió Boro.- ¿Tú? – dijo con cierto desprecio.
En verdad eres ácido eh…- dijo el hidrógeno riendo falsamente. – Hicimos bien dejar a Arsénico
en tu grupo…
No es ácido.- Se unió Sodio.- simplemente es honesto. ¿Por qué no quieres hablar del oxígeno?
¿O es que acaso no quieres incluirlo con nosotros? – inquirió.
Que salado eres… - respondió el hidrógeno, igual de falso que antes.- El oxígeno no es importante,
no es un elemento trascendente, no tiene ningún valor, ni siquiera nos sirve para lo que estamos
haciendo aquí. – dijo, aumentando su tono de voz cada vez más.
¡Eso lo dices tú! – recriminó Hierro.- ¡No haz querido invitar al oxígeno, que es sumamente
importante, pero sí haz invitado a Oro solamente porque es linda!
¡Eso no es verdad! – gritó el hidrógeno.- ¡Oro tiene un valor muy alto! ¡Ella es una joyita al lado de
todos ustedes! – gritó. – ¡Hablas por envidia! ¡Tú solamente eres un asqueroso metal sin valor! –
le gritó a Hierro. - ¡El oxígeno no está en esta Tabla y jamás estará! ¡Jamás permitiré que ese
estúpido elemento se robe mi lugar! ¡Yo fui el primero, yo soy el más importante,
yo soy el Número 1!
yo soy el Número 1!
De repente, siete elementos desconocidos irrumpieron en la reunión. Entraron como una tromba, con
semblantes enojados. Eran seis en total, y el resto de los elementos nunca los habían visto antes.
El hidrógeno se quedó estático en su lugar, como si hubiera visto una serie de fantasmas que
venían a por él, ante la inminente llegada de los seis caballeros.
venían a por él, ante la inminente llegada de los seis caballeros.
¿Quiénes son ustedes? – preguntó Calcio.
Somos los gases nobles…- contestó uno de ellos.- Mi nombre es Helio, y estamos aquí para detener a
este engreído.- dijo acercándose al hidrógeno.- Estoy harto de tus estupideces, harto de
tus excentricidades y de que te creas el mejor de todos nosotros cuando bien sabes que no eres
el único elemento especial… - dijo Helio, enojado.
tus excentricidades y de que te creas el mejor de todos nosotros cuando bien sabes que no eres
el único elemento especial… - dijo Helio, enojado.
¿Se conocen? – preguntó Hierro.
¡Por supuesto! – respondió Helio.- ¿Ustedes verdaderamente creen que este es el “Primer Congreso para
la Confección de la Tabla Periódica”? – les preguntó sarcástico.- ¡Es como el tercero! – gritó.- Esta
sabandija nos dejó afuera al ver que ninguno de nosotros compartiría nada con él, y que nosotros
éramos mucho más peculiares que él.- dijo explicativo.- En cuanto supo de nuestras particularidades,
éramos mucho más peculiares que él.- dijo explicativo.- En cuanto supo de nuestras particularidades,
inmediatamente se dio cuenta de que seríamos un gran hallazgo para la ciencia, y que él quedaría en
el olvido, como cualquier otro elemento. ¡Y ahora quiere hacerle lo mismo al oxígeno! – gritó.
¡No permitiremos que le haga eso a un compañero!
¡Nunca me detendrán! – gritó el oxígeno. – ¡El primer lugar siempre será mío y yo seré siempre el
elemento más importante!
¡Nosotros no toleraremos eso! – gritaron el resto de los elementos uniéndose a los gases nobles.
El hidrógeno intentó escapar al verse rodeado, pero el resto de los elementos podían más que él.
Hierro llegó a asestarle un buen golpe, mientras que los gases nobles intentaban sujetarlo.
El hidrógeno no se daba por vencido y continuaba luchando contra todos los demás, al mismo
tiempo que entre todos intentaban apresarlo. Hasta que finalmente consiguieron doblegarlo.
Entre todos lo sujetaron, mientras el hidrógeno gritaba por auxilio, aunque nadie correría en su ayuda.
De repente, en el momento en que los elementos estaban a punto de ponerle un punto final al
hidrógeno, la puerta del laboratorio se abrió.
Ya era de mañana.
Las luces se encendieron, al mismo tiempo que un joven científico pasaba por la puerta.
Encontró el laboratorio intacto, a excepción de una esquina, donde notó que había ciertos pedazos de
elementos que habían estado estudiando con el equipo el día anterior, desparramados por el suelo.
Se acercó intrigado a la esquina, donde encontró un papel donde había muchas anotaciones.
Comenzó a leerlas, y le resultaron extrañas, pero al mismo tiempo, lógicas.
Dentro de aquella escena química, vio que una muestra de hidrógeno se encontraba más apartada del
resto de los elementos.
La anotó aparte en la hoja también.
Volvió a leer el papel con detenimiento y asombro por lo que había encontrado, y se dio cuenta de
que faltaba solamente un elemento de todos los que habían estudiado, el oxígeno.
Lo anotó en un lugar donde quedaba congruente con el resto de los elementos.
El científico se guardó el papel en el bolsillo, y se fue de la habitación.
Nunca se supo qué fue lo que pasó en ese instante en el que el científico abrió la puerta.
Algunos dicen que los elementos no pudieron concretar su acción con el hidrógeno, y que ante la llegada
del hombre, se dispersaron, dejándolo al hidrógeno tirado a un costado. Se dice que los gases nobles
huyeron sin que nadie pudiera verlos otra vez, al menos en mucho tiempo, y que el papel que encontró
el hombre era lo que el hidrógeno había estado anotando durante toda la reunión.
Pero lo que sí se sabe, es que el joven científico que encontró el papel era un tal Dmitri Mendeleyev,
de Rusia, y que el papel que se llevó era en efectiva, lo que en 1869 se convertiría en la Tabla Periódica.
Autores: Pablo García, Richard Irala y Fiorella Bevacqua
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